La población (8.000Hab; 2,18 Hab/km2) está compuesta mayoritariamente por las etnias Mandinga y Peulh, abarcando el 83% de la población, repartiéndose las etnias Bassari, Wolof y Diakhankés el 17% restante.El 98% de la población practica la religión islámica. Por sexos, el 60% de la población es femenina, mientras que por edades el 44% son menores de 15 años, el 52% tienen entre 15 y 59 años, y de 60 años en adelante solo encontramos un 4%. La esperanza de vida es de 56 años para los hombres y 59 para las mujeres. La tasa de fertilidad es de 6,3 hijos nacidos por cada madre. El 54% de los niños están escolarizados y el 70% de las mujeres son analfabetas. La tasa de paro alcanza el 45% de la población y, en las zonas rurales, 4 de cada 5 habitantes vive por debajo del umbral de la pobreza. La alfabetización apenas llega a unos pocos, ya que a penas existen escuelas primarias que impartan el ciclo completo. Al no disponer de red eléctrica, la población basa su consumo energético en la leña, el petróleo y las pilas.
La Comunidad Rural de Dialakoto se encuentra en el Distrito de Missirah que, a su vez, depende delbDepartamento de Tambacounda. Los terrenos de La Comunidad Rural limitan por el norte con el Departamento de Bakel, por el sur con Guinea Conakry, por el este con el Departamento de Kédougou y por el oeste con la región de Kolda. Tienen una superficie de 6.202km2 (el 31% del territorio de Tambacounda) y están compuestos por 57 poblados. El Parque Nacional de Nyokolo Koba ocupa una gran parte de la superficie de la Comunidad y por él discurre el río Gambia antes de adentrarse en el país al que da nombre.
Fiel a la dinámica climática tropical, el clima de la región está caracterizado por la existencia de dos
estaciones, una seca entre noviembre y junio, y otra húmeda entre julio y octubre. La temperatura media del mes más frío (enero) es de 23,3ºC, y la del mes más cálido (julio) de 28,3ºC. La humedad relativa es máxima durante el “Hivernage” (entre agosto y octubre), cuando alcanza el 97% debido al elevado régimen de lluvias torrenciales (700mm anuales).
Aunque el gobierno lanza con relativo éxito algunas campañas eficaces de vacunación y de prevención de enfermedades como el SIDA, por ejemplo, el estado del sistema sanitario del país en general, y de esta región en concreto, es paupérrimo. Sin apenas recursos materiales y humanos, la mayoría de la población no tiene acceso a la Sanidad Pública debido a las largas distancias hasta el dispensario más cercano, a las carreteras imposibles, al precio de las visitas y los medicamentos, y a la escasa o nula formación de los agentes sanitarios locales que en muchos casos son los responsables máximos de la sanidad en la zona. Para hacerse una idea de las dimensiones del problema, hemos de imaginar una región tan grande como la Provincia de Barcelona con sólo un viejo y desvencijado hospital estatal en Tambacounda, la capital, alguna clínica privada prohibitiva, y una red muy deficiente de dispensarios como el de Dialakoto y “Postes de Santé”, en estado deplorable, repartidos por el territorio. Si sumamos a esto la debilidad del sistema inmunitario de la gran mayoría de la población, mermado por la malnutrición crónica y la escasa sensibilización en hábitos higiénicos, el panorama sanitario parece desolador. Entre las enfermedades diagnosticadas más frecuentes encontramos paludismos, infecciones respiratorias, gastroenteritis, ETS, HTA, diabetes, parasitosis, dermatosis, enfermedades reumáticas y anemias.
En cuanto a la movilidad, la gente normalmente se desplaza a pie, en carros, en bicicleta, en taxi o en una especie de minibús que denominan “Car Rapid”. Sólo unos cuantos privilegiados lo hacen en coche particular. La única carretera asfaltada en más o menos buen estado es la N7 entre Tambacounda y Kédougou, porque el tramo de la N1 de Fatick a Kaolak es una auténtica “carretera del infierno”, prácticamente intransitable por los innumerables socavones y el constante trasiego de camiones que cubren la ruta Dakar-Mali.
A diferencia de otras zonas de Senegal, La Comunidad Rural de Dialakoto (Tambacounda) se encuentra en una región muy subdesarrollada que apenas se beneficia de proyectos de ayuda internacionales debido a su remota situación geográfica y su baja densidad de población, por lo que necesita urgentemente programas de cooperación que ayuden a sus habitantes a superar la malnutrición crónica, la apatía social y el éxodo rural.